domingo, 25 de abril de 2010
sábado, 24 de abril de 2010
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Bienvenido a la pagina de las tres potencias aqui podran ver algo sobre el culto de la reyna maria lionza y sus cortes...........
Las tribus indígenas, sostuvieron una tenaz lucha contra el invasor español, donde el conocimiento de materiales bélicos de la época jugo papel importante en el exterminio de los grupos aborígenes.
Los caribes, al igual que otras tribus, mostraron una resistencia implacable contra quienes buscaban someterlos en su propia tierra. Los caballos, perros amaestrados, arcabuces, fuerte vestidura y una gran experiencia en el arte de la guerra no lograron extinguir el grito de libertad que retumbaba en las montañas venezolanas, con flechas y lanzas combatieron con tenacidad regando los campos de batalla con su sangre americana.
Esta lucha encarnizada duró varios años de enfrentamientos; hubo episodios de heroísmo, destacando el ímpetu y gallardía de valientes caciques como: Guaicaipuro, Baruta, Chacao, Tamanaco, entre otros.
Es reverenciada como diosa de la naturaleza, del amor, de la paz, de la fortuna y de la armonía. Su imagen representa una organización religiosa horizontal, cambiante, que llega a todos los estratos de la sociedad.
En el ámbito espiritual según el sincretismo de la región es el máximo escalón de las cortes espirituales, por lo que se ubica su importancia después de la Santísima Trinidad y la Virgen María Madre de Jesús.
María Lionza viene a encarnar en América un símil de la diosa Venus, diosa de la paz, el amor, la armonía, siempre relacionada con la magia del agua, perfumes, bosques, montañas. Misterio Universal de la feminidad y el amor.
El escultor Alejandro Colina la inmortalizó para el mundo como una mujer desnuda de musculatura atlética, sobre un danto (tapir macho, adorado por tribus indígenas), y con las manos extendidas en las que sostiene un hueso de pelvis femenina (símbolo de la fertilidad) en sus pies el danto aplasta a unas serpientes, símbolos de envidia y egoísmo.
Es durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez que se levantó la escultura con la imagen de "Maria Leonza" sobre una danta en Caracas. Está en
.
Es madre de la raza mestiza –aborigen con español- haciendo olvidar en el mestizaje todo orgullo por un lado y el maltrato nativo por el otro logrando la unión y romance de dos mundos.
La cultura venezolana a la igual que la de América latina está formado por la unión de negros, indios y blancos españoles. Ella es el centro de la triología de máxima jerarquía en las cortes espirituales venezolanas formada conformada por el Gran Cacique Guaicaipuro -Cacique de Los Caracas y otras tribus que se opuso férreamente a los españoles-, María Lionza y el Negro Felipe –Gran Luchador durante las guerras de Independencia de Venezuela- .
El culto alcanza su día máximo de celebración el 12 de octubre –día de
Las celebraciones del "12 de octubre" incluyen desde las más modestas ofrendas como flores y velas, rezos e inciensos, hechas en cualquiera de los hogares donde habiten venezolanos, hasta la bajada de espíritu a través de médiums en cualquier lugar del país y especialmente en Sorte donde asisten grandes peregrinaciones incluyendo del exterior para presenciar los bailes de candela y las perforaciones de los cuerpos de los médiums, los cuales al salir del trance no muestran secuelas de lo experimentado, eso se hace para demostrar que en realidad están espíritus de luz en sus cuerpos.
Altar Mayor de
Hijo de Guaicaipuro y de Urquía, Baruta recibe de manos de su madre el penacho con plumas rojas, que había usado su padre, al tiempo que le decía:
"Sean estas plumas rojas el símbolo de la sangre de tu padre y de tu pueblo derramadas por el invasor que viene a arrebatarnos nuestra tierra. Defiéndelas con honor."
Baruta no solo atacaba al enemigo, sino que con frecuencia establecía pactos y alianzas con otras tribus rebeldes y obtenía grandes victorias. Sin embargo, en un enfrentamiento contra los españoles es hecho prisionero y conducido ante Garci González de Silva, que para ese momento era el Regidor del Cabildo, y le explica el plan que tiene España para desarrollar la zona y darle mayor bienestar a sus pobladores. Le ofrece la libertad a cambio de la firma de un tratado de paz aceptado por el cacique.
Baruta fue un gran jefe en la paz, gozó de la máxima consideración de los españoles, respetaron su autoridad y sus tradiciones, cooperaron con él, enseñándole nuevas técnicas ganaderas y de cultivos.
Al morir Baruta fue enterrado con su rito. Más tarde, en 1620, el Gobernador Francisco de
En 1561 Guaicaipuro atacó las minas de la región de Los Teques, en donde murieron todos los españoles, incluyendo los hijos de Rodríguez Suárez y Paramaconi también arrasó con sus guerreros
Paramaconi atacó más tarde, unido a la coalición de caciques, el sitio del Collado (hoy Caraballeda) en donde vencieron a Fajardo y éste se retiró a Margarita con sus hombres. En 1567 llegó Diego de Losada y realizó la fundación de Caracas. En 1568 concurre a la gran coalición convocada por el gran jefe Guaicaipuro, pero la operación no tuvo éxito.
A comienzos de 1570, Garci González decidió exterminar al enemigo y lo atacó de noche en su caney. Paramaconi en la lucha fue herido y González le mando a curar las heridas y a partir de ese momento hubo paz entre ambos hombres y fueron amigos.
En 1570 participó en los ataques contra la recién fundada Santiago de León de Caracas, bajo el mando de Conopaima y Terepaima. En 1572, Garci González de Silva apresó a Sorocaima, Conopaima seguía resistiendo. Ante este hecho y deseoso de terminar la batalla rápidamente, González decide utilizar a Sorocaima como carnada y dice en alta voz, para que lo escuchen los otros guerreros, que el jefe indio perdería su mano derecha, que le sería amputada, a menos que se rindieran. En este último caso, se perdonaría la vida a todos. Es allí cuando el Jefe Sorocaima, le dice a los guerreros:
Ataquen con fuerza, mis valientes, que los españoles no tienen mucha gente.
Y luego, sin vacilar, estira el brazo para que le amputen la mano derecha, lo cual fue llevado a cabo por oficiales al servicio de Garci González. Sorocaima, en un gesto que reflejaba por igual el valor y la grandeza de su raza, tomó con su izquierda la derecha y, levantándola la ondeó en señal de triunfo. Luego, avanzó hacia sus hombres. Garci González había ordenado su libertad. Sin embargo, al dar la espalda al enemigo uno de los soldados le disparó a traición, quitándole la vida.
Dominó sobre la extensión que hoy ocupa el estado Aragua y parte de otros estados colindantes, especialmente hacia la costa por los predios del cacique Turiamo, quien fuera su aliado en muchas batallas.
La fama de Maracay se sustenta en la derrota de Rodríguez Suárez. La batalla sostenida contra los soldados del mencionado capitán degeneró en duelo entre cacique y conquistador. La destreza y fortaleza de Maracay acabó pronto con su contrincante, quien debió retirarse vencido a su campamento.
La muerte de Maracay le sobreviene a temprana edad, como consecuencia de la traición de uno de los suyos, lo que permite que el conquistador español lo ejecute mientras descansaba.
Aramaipuro siguió peleando muchos años y ya viejo se retiró con sus hombres hacia la costa oriental, en donde se enfrentó a Sir Walter Raleigh, que en 1595 asaltó Cumaná, donde murió. Los piratas atraparon a su hija Urimare que fue destinada como trofeo de guerra para Raleigh, pero la agilidad y coraje de la muchacha la ayudaron a fugarse del bergantín inglés, ganando a nado la costa, pero al llegar a la playa los españoles la hicieron prisionera. Varios meses estuvo Urimare esclavizada por los íberos, hasta que un día, ante el intento de violación de uno de los soldados, Urimare lo hiere mortalmente y huye. Llega a las tierras de Guaicamacuto. El viejo cacique la hace su hija adoptiva. Cuenta la leyenda que Urimare, la hija del gran Aramaipuro, consiguió que la tribu de su padre la obedeciera y se convirtió en la primera mujer en gobernar en este territorio. Al principio, combatió a los españoles, pero aconsejada por su padre adoptivo decide hacer la paz
Este cacique fue uno de los jefes de los temibles mariches. Formó parte de la coalición de caciques que se enfrentó a Losada en Maracapana. Bajo su mando actuaron los caciques Chacao y Baruta, y como una especie de jefe de estado mayor participó el cacique Aricabuto.
Según Oviedo y Baños, Aramaipuro se presentó con un ejército integrado por tres mil flecheros. Fue la más grande concentración indígena en un batalla concebida para destruir al invasor. La estrategia fue tan bien planeada que Diego de Losada sólo se enteró del peligro cuando ya la mayor parte de las tribus se había reunido.
Aramaipuro y sus hombres esperaron a Guaicaipuro, pero al no llegar éste tomaron la decisión de retirarse sin presentar batalla. Sólo Tiuna y sus bravos se quedaron, pelearon y murieron.
Arichuna pertenecía a la tribu de los jiraharas, ubicando su radio de acción en la región de lo que hoy es Lara y parte de Yaracuy. Se formó bajo las órdenes del cacique Queipa y a la muerte de éste, fue seleccionado para dirigir la tribu con el rango de cacique. Luchó al mismo tiempo contra los españoles y contra otra tribu enemiga dirigida por el cacique Guaratarí.
Fue el primer cacique que tuvo que ver con
Arichuna vivió muchos años comerciando con los españoles y éstos lo tuvieron siempre en alta estima.
El cacique Catia ejercía su mando en el territorio ubicado desde la fila que ocupaban los mariches, siguiendo toda la serranía que circunda a Caracas, hasta el litoral. Le gustaba enseñar a los jóvenes guerreros y entre sus alumnos estaba el inmortal cacique Tiuna. Supo ganarse la amistad de numerosos caciques y jefes de tribus. Fueron sus aliados, entre otros, Guaicaipuro, Mamacuri, Guaicamacuto, Naiguatá, Chacao, Baruta y Prepocunate, con cuya colaboración obtuvo significativas victorias. Derrotó a las huestes de Garci González en el valle de Los Guayabos. Era gran estratega, fue piache, con grandes conocimientos de hechicería, magia y artes curativas.
Cuando murió Guaicaipuro, quiso recomenzar sus proyectos para enfrentar al enemigo y se entrevistó con sus caciques amigos, pero cansados de combatir, desmoralizados por la muerte de Guaicaipuro y después de la batalla de Maracapana, ninguno de ellos quiso volver a los enfrentamientos aborígenes.
Muere en Los Teques, en 1568, luchando contra las tropas de Diego de Losada.
Hombre de confianza de Guaicaipuro, alcanza el cacicazgo después de la muerte de éste. Se cree que fue de origen caribe, procedente de lejanas tierras. Llegó a las proximidades de Los Teques y se radicó en El Peñón.
Venció en muchas peleas al lado de Guaicaipuro y una de sus más sonadas victorias fue la de Las Adjuntas.
En enfrentamiento con Garci González de Silva, en el sitio de Los Carrizales, en 1572, donde al bravo Sorocaima le es amputada la mano, el cacique Conopaima decide buscar la paz con el invasor y se retira de la lucha. Más tarde se arrepiente de su determinación y vuelve a la lucha contra el enemigo. Una noche, estando con su esposa a orillas del río Macarao los españoles los emboscaron y les dispararon para matarlos. La mujer del cacique resultó herida. Conopaima la tomó en sus brazos y ya en la curiara decidió hundirse con ella para morir juntos, pero no fue necesario, un soldado acabó con la vida del cacique
Cacique cumanagoto de formidables atributos para la lucha, logró que numerosas tribus vecinas e incluso lejanas se unieran a la suya en la contienda a muerte contra el invasor.
En 1520, hace frente a los españoles asentados en Nueva Andalucía, hoy Cumaná. En una de esas batallas dan muerte al gobernador, capitán Diego Fernández de Zerpa, primer mandatario español en esa población.
Cayaurima se caracterizó por su cojera, producto de una estocada de lanza recibida en combate. Cae muerto en una celada que los españoles le tendieron, cuando merodeaba un campamento castellano
Chacao, llamado el Hércules americano, de raza caribe, gobernaba justamente en la región caraqueña que hoy lleva su nombre, pero su dominio iba mucho más allá, acercándose a Los Teques. Su aspecto físico era impresionante, era de gran tamaño, tenía audacia y una capacidad muy especial para preparar ataques tipo comando.
Su cacicazgo lo ejercía con sentido democrático y no se recuerda ninguna injusticia cometida contra su gente. Era respetuoso de las normas y de las tradiciones que regían a su pueblo, inclinándose fuertemente por la ayuda a los más débiles, especialmente niños y mujeres.
Su territorio lo defendió con tesón y empuje. Se alió con Guaicaipuro y participó en la coalición de jefes que durante siete años mantuvieron el control sobre todo el valle de los Caracas y la región montañosa de los indios Teques. En 1567 el indio Chacao se enfrenta a Juan de Gámez, oficial de Diego de Losada, quien lo reduce a prisión. Al saber Losada que el bravo Chacao es su prisionero, decide dialogar con él y recobró su libertad. En 1568 renueva su alianza con Guaicaipuro y con sus hombres acude al sitio de Maracapana, serranía adyacente a Caracas.
Conocida su inclinación a ayudar a los débiles, especialmente a los niños y mujeres, se le hace saber que un capitán llamado Catario había secuestrado a dos indiecitos y que los tenía esclavizados, juró rescatarlos y devolverlos sanos y salvos a su familia. Chacao fue a rescatar a los niños, entró con gran destreza al campamento español y los liberó. Los hombres de Chacao observaron que su jefe estaba gravemente herido, fue atendido de inmediato por su piache, pero ya no había nada que hacer, el cacique había perdido mucha sangre. Su muerte causó un profundo dolor en su pueblo.
Chicuramay fue uno de los veintitrés caciques que fueron condenados a muerte después de la desaparición de Guaicaipuro, por una cruel decisión de
Cuando Chicuramay recibió la noticia de que estaba en libertad, no imaginó nunca la dolorosa razón que la causaba.
Cuaicurián fue torturado por indios mercenarios, al igual que los otros 22 caciques, y al despuntar el alba fue salvajemente asesinado. Era el año 1569. Chicuramay tembló de ira al saber toda la verdad y buscó venganza. Averiguó que el asesino había sido un hombre de apellido Portolés, que trabajaba como asistente de Fernández de Antequera y le quitó la vida.
Guaratarí enamorado de la princesa Tibaire, hija de Queipa, envía a el Piache El Tiznado a negociar la boda, lo que fracasa y Guaratarí, lleno de furor, inicia una terrible guerra contra el cacique Queipa y su tribu; en ese enfrentamiento el jefe jirahara muere en las manos de El Tiznado. Guaratarí también elimina al cacique Mamacurri y sigue la guerra contra España, sin coordinar con otros caciques, hasta que un día murió su fiel Tiznado y más tarde, él pierde la vida al enfrentarse a los arcabuces españoles, en una batalla cercana a Valencia.
.Este cacique intensificó sus ataques contra el Capitán Diego García de Paredes en 1562 quien es llamado a España y designado gobernador de la provincia de Popayán y cuando venía a tomar posesión de su cargo, en 1563, decide descender en Cabo Blanco, Venezuela, y es atacado por el cacique Guarauguta y pierde la vida al lado de sus lugartenientes Alonso Zapata y Francisco de Las Casas. Pocos hombres pudieron salvar sus vidas. Huyen en su barco y viajan hacia Borburata, esto le dio fama al cacique Guarauguta, quien intensificó sus ataques contra los invasores. El capitán Gómez de
Manaure hombre pacífico y negociante apreciaba la paz como sistema de vida. Su relación con los españoles se complicaba en ocasiones, pero no por su culpa. Los conquistadores irrespetaban la autoridad de los caciques y ni siquiera consideran a aquellos jefes que se convertían en sus aliados.
Fue jefe de la nación caquetía o caiquetía, la cual estaba ubicada en la zona que hoy ocupa el estado Falcón.
Era un hombre valeroso, pero prudente, que ostentaba un cacicazgo muy al estilo de las cortes europeas. A diferencia de Guaicaipuro y, en general, los jefes caribes, no sufrió penurias y pruebas antes de ser designado cacique. Representaba a una nación que tenía como principio servir al jefe, brindándole toda clase de comodidades. En sus recorridos, el jefe caquetio era transportado en hamaca o en andas, cargado por sirvientes de su propia tribu. Su área de influencia abarcaba además las islas circunvecinas, hoy llamadas Aruba y Curazao. Su centro de poder lo tenía ubicado en el poblado de Todariquiba, cerca de la actual Sabaneta. Luego de la fundación de Coro, en 1527, se traslada a esa ciudad. Entró en contacto con los españoles a través de sus guerreros Baracuyra y Baltasar. En principio, negociaron la paz con Gonzalo de Sevilla, asistente de Juan de Ampíes, hacia el año 1522. En 1525 un grupo de traficantes de esclavos asaltan la zona y toman prisioneros a varios parientes de Manaure. Ampíes los socorre y los rescata de sus captores, que los habían llevado a Santo Domingo para venderlos, y Manaure quedó para siempre agradecido de Ampíes, quien lo bautiza en 1528 con el nombre de Martín. Cuando Ambrosio Alfinger asume el poder, procede a expulsar a Ampíes y apresa a Manaure. Luego de su liberación, Manaure se retira a unos
A Manaure le fue conferido señorío sobre tierras y vasallos, pero este trato se rompe y el viejo cacique se refugia con sus bravos en las tierras de Yaracuy, que le da protección, y allí muere en un enfrentamiento con los hispánicos en el sitio de El Tocuyo.